No sé qué droga les dan a los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 cuando se reúnen en una cumbre, pero me he propuesto para antes de diciembre contactar con su camello, porque como sustancia psicotrópica no tiene precio. Debe ser que hasta para estar fumado hay clases y clases.
Les digo lo que les digo porque como ya sabrán, la oligarquía europea ya ha puesto al frente del Consejo a un señor polaco, y han aprovechado que se reunían para asunto de tan alta enjundia que no podían irse del lugar sin simular cierta preocupación por sus administrados, que a fin de cuentas son los que les votan y les mantienen el chiringuito. Así que han propuesto, por boca del jefazo italizano Renzi, una Cumbre nada más y nada menos que sobre el empleo. Dicen que sí, que algo de recuperación hay, pero que al ritmo que vamos se nos pasa el arroz.
Llevamos casi diez años pèrdiendo empleos a chorro, y en algunos países como España con millones de personas que desde hace tiempo han aprendido a buscarse la vida como pueden. La clase dirigente sigue emperrada en que la economía es una cuestión de magia, en la que cuando la cosa prende hay empresas que proporcionan empleo. No saben que vivimos en un nuevo tiempo en el que tanto vales, tanto ganas, cada día, por cada habilidad que tengas. Y eso no hay cumbre que lo resista. Así que si la convocan, será para chutarse otra vez, y como siempre, a gastos pagados.