Cobraba más de 200.000 euros, disponía de una tarjeta de crédito como consejero de Caja Madrid, pero ni siquiera sabía lo que eran las preferentes. Gerardo Díaz Ferrán vuelve a sorprender al confesar su falta de conocimiento para desempeñar el cargo de responsabilidad que ocupaba en la entidad madrileña, al que ni siquiera acudió “durante los primeros seis meses”.
Es el resultado de los apenas 10 minutos de declaración, a la que ha tenido acceso EFE, en los que el expresidente de Marsans aprovechó para asegurar ante el fiscal, que “no conocía el estado de las cuentas de Caja Madrid”, y que su función consistía en delegar su voto en Miguel Blesa, presidente – por entonces – de Caja Madrid.
Minutos antes de la confesión de Díaz Ferrán llegó el turno del propio Blesa que se salpicó la responsabilidad asegurando ante el juez Andreu que “cualquier persona con la más mínima curiosidad por las preferentes, deberían haberse leído al menos el tríptico que se les entregaba en las sucursales”.
Un buen consejo, que al parecer no seguían ni sus propios consejeros.