Los diseñadores de moda Domenico Dolce y Stefano Gabbana (D&G) han sido acusados de un fraude fiscal que alcanzaría los 200 millones de euros. Según han adelantado algunos medios italiano, los modistos han sido condenados por un tribunal de Milán a 18 meses de cárcel.
Según la investigación, que se llevó a cabo entre 2007 y octubre de 2010, la multinacional D&G creó en marzo de 2004 una sociedad con sede en Luxemburgo bajo el nombre de “Gado”, que constaba como la propietaria de algunas de las marcas que forman parte del grupo, pero que en realidad se gestionaba desde Italia. Luxemburgo es un país caracterizado por su baja presión fiscal. Según la acusación, las ganancias derivadas de la explotación de la marca tributaban en el extranjero y no en Italia, donde deberían haberse pagado los impuestos.
