El análisis de Kamal Romero «El aumento de la austeridad fiscal en Grecia hace menos sostenible el pago de la deuda»

Hemos presenciado en las últimas semanas una de las negociaciones más duras en materia económica a la cual ha tenido que enfrentarse la Unión Europea. La misma se ha saldado con un acuerdo en el cual Grecia se compromete a seguir una serie de medidas de contracción fiscal y reformas estructurales. No obstante, un documento del Fondo Monetario Internacional que califica la deuda griega como no sostenible, ha hecho surgir dudas sobre un acuerdo que desde antes de las negociaciones parecía insuficiente para alcanzar su objetivo: el garantizar los pagos de la deuda griega sin necesidad de asistencia externa permanente.

Una deuda no sostenible significa que bajo supuestos factibles de crecimiento económico, tipos de interés y superávits primarios, ésta no se reduce lo suficiente y no puede ser cancelada sino con ajustes fiscales sistemáticos.

Una de las alegaciones del ejecutivo griego desde el principio de las negociaciones, ha sido que el programa implicaba una austeridad fiscal incompatible con un crecimiento de la economía griega que permitiera la sostenibilidad de su deuda pública. Por lo que solicitaban entre otras cosas, menos austeridad fiscal y la posibilidad de una quita de deuda.

Para poder entender este problema en términos cuantitativos, se realiza un ejercicio numérico en el cual se obtienen las trayectorias de la deuda griega como porcentaje del PIB, bajo distintos supuestos de crecimiento de la economía helena, y una hipotética quita. Se parte del escenario base elaborado por el FMI en su documento «Grecia: Un Análisis Preliminar de la Sostenibilidad de la Deuda» de junio de este año, y se modifican los supuestos de variación del PIB y deuda/PIB del país.

En la tabla se muestra el escenario base del FMI. Se asume que la economía helena crece a partir del 2016, alcanzado tasas del 3 por ciento hasta el 2020 año en el cual se reducen. Asimismo, se suponen superávits primarios importantes, que exceden el 3 por ciento del PIB del 2017 en adelante.

Escenario Base FMI
2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 2022
Crecimiento PIB 0,0% 2,0% 3,0% 3,0% 2,0% 1,7% 1,7% 1,2%
Balance Primario 1,0% 2,0% 3,0% 3,5% 3,5% 3,5% 3,5% 3,5%
Tipo de interés 2,1% 2,2% 2,2% 2,2% 2,4% 2,5% 2,8% 3,0%

En el gráfico se representa la dinámica que seguiría la relación deuda/PIB bajo 3 escenarios: el del FMI (línea azul), asumiendo que la economía crece un punto porcentual menos que lo proyectado por el FMI (línea roja) y una quita que disminuya en 25 puntos porcentuales la relación deuda /PIB griega este año (línea verde).

Gráfico Kamal

Según el escenario del FMI la deuda disminuiría del 177 por ciento del PIB a 143 por ciento en el 2022, estando por encima del 170 por ciento hasta el 2017. Partiendo de la posición griega, de que los superávits primarios no son compatibles con el crecimiento estimado por el multilateral, se recorta el crecimiento en un punto porcentual. En este caso la deuda solo bajaría hasta el 156 por ciento en el 2022 y permanecería un año más por encima del 170 por ciento. La deuda estaría por encima del estimado por el Fondo Monetario Internacional un 8 por ciento en media cada año.

Por último asumimos una quita que reduciría la deuda griega este año hasta el 150 por cientodel PIB aproximadamente. En este escenario la deuda estaría muy por debajo de los casos anteriores como se observa en el gráfico, alcanzando un 117 por ciento en 2022.

¿Qué  lecciones se desprenden de este ejercicio? Que el argumento de que una austeridad fiscal que afecte al crecimiento de la economía, hace menos sostenible el pago de la deuda no solo es acertado sino cuantitativamente importante. Una quita incrementaría notablemente la probabilidad de pago de la deuda, asumiendo que el ahorro fiscal que se genere por esa vía sea destinado a políticas que promuevan la reactivación de la economía griega, hasta los niveles asumidos por el FMI.

No obstante, cabe advertir que un crecimiento sostenido a largo plazo solo podrá ser alcanzado si se aplican las reformas estructurales que necesita Grecia, y que han sido pospuestas ya demasiados años y cuyo costo paga de manera no trivial el ciudadano griego medio.

Kamal Romero

Economista – Profesor de Macroeconomía en la Universidad Cisneros.

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