El Banco de Francia apuesta por bajadas de tipos del BCE en 2024 tras un periodo de «meseta»

El gobernador del Banco de Francia y miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), Francois Villeroy de Galhau, ha expresado su confianza en que la evolución de la inflación permita al ‘guardián del euro’ rebajar los tipos de interés este año, después de un periodo de «meseta» tras la vertiginosa subida acometida entre julio de 2022 y octubre de 2023.

«Entre el aumento de los tipos, que, salvo sorpresas, ya ha finalizado, y el recorte, que debería producirse en algún momento de 2024, hay una meseta», ha indicado este martes Villeroy en una entrevista con la emisora ‘France Inter’.

El banquero central francés, sin embargo, ha insistido en la necesidad de ser pacientes con el giro de la política monetaria del BCE, ya que, en su opinión, si la bajada de los tipos de interés llega demasiado pronto se corre el riesgo de volver a caer «en la enfermedad de la inflación».

«No deberíamos cantar victoria», ha subrayado al recordar que la tasa de inflación en Francia a principios de 2023 era del 7%, mientras que actualmente es del 3,5% y se espera que baje a un promedio del 2,5% el próximo año y al 2% como máximo en 2025, lo que es bueno para el poder adquisitivo y el consumo y puede ser un motor bastante sólido de la economía francesa.

«Lo voy a decir muy claro esta mañana, esto no es sólo una previsión, es un compromiso. Haremos que la inflación vuelva al 2% a más tardar en 2025. Y esas son buenas noticias para el poder adquisitivo y, por lo tanto, para el consumo, que es una fuerza impulsora detrás de la recuperación», ha afirmado.

Las palabras de Villeroy de Galhau refuerzan el mensaje lanzado el pasado jueves por la presidenta del BCE, la también francesa Christine Lagarde, quien defendió en rueda de prensa que «no hay que bajar la guardia», ya que las nuevas previsiones del BCE apuntan a que la inflación aún será del 2,1% en 2025.

«No discutimos ningún recorte de tipos. No hay discusión, no hay debate sobre este tema», resumía el jueves Lagarde, para quien «no se pasa de sólido a gas sin pasar por la fase líquida», en referencia a la necesidad de un periodo de observación tras la vertiginosa senda de subidas de tipos acometida.