El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) mantiene la postura de que en su próxima reunión de principios de junio puede ser apropiado recortar los tipos de interés, lo que supondría la primera bajada desde 2015, aunque la representante alemana en el directorio de la institución, Isabel Schnabel, advierte de que «no parece justificado» un segundo ajuste en la reunión de julio.
«Dependiendo de los datos disponibles y de las nuevas proyecciones de los expertos del Eurosistema, un recorte de tipos en junio puede ser apropiado», reconoce Schnabel en una entrevista con el diario japonés ‘Nikkei’, donde advierte, sin embargo, de que, «según los datos actuales, no parece justificado un recorte de tipos en julio».
En este sentido, la alemana considera que la senda más allá de junio «es mucho más incierta» y los datos más recientes confirman que el último tramo del proceso de desinflación «es el más difícil» una vez que se han revertido la mayoría de las perturbaciones del lado de la oferta que afectaron a los precios.
De hecho, si bien en la zona del euro, parte de esto se debe a los efectos de base y a la reversión de las medidas fiscales, Schnabel advierte de que la parte de la inflación que se ha arraigado a través de efectos de segunda vuelta está resultando más persistente.
«Dada la gran incertidumbre sobre las perspectivas de inflación, deberíamos darnos tiempo suficiente para evaluar cómo avanza la recuperación y cómo la política monetaria afecta el crecimiento económico y la inflación», ha defendido.
De este modo, después de tantos años de inflación muy alta y con riesgos de inflación aún inclinados al alza, para la alemana una anticipación de las bajadas de tipos conllevaría el riesgo de una flexibilización prematura.
«Se necesitan mayores avances en la inflación y especialmente en la inflación interna, que está resultando más difícil, para fomentar nuestra confianza en que la inflación volverá de manera sostenible a nuestro objetivo del 2% a más tardar en 2025», ha apostillado.