El confinamiento dispara las tentativas de suicidio entre los menores

La Fundación ANAR alertó este jueves de que las ideas e intentos de suicidio entre los menores se han convertido en el principal problema psicológico al que se han tenido que enfrentar, ya que han ocupado el 8,3% de casos recibidos por la organización durante el confinamiento.

En el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, la entidad destacó la importancia de identificar las señales de riesgo para anticiparse a cualquier ideación suicida que pueda tener un niño o niña. Y es que “los casos de suicidio no son un hecho aislado”, hasta el punto de que en los últimos años se ha ido incrementado de forma progresiva.

De hecho, si en 2018 los casos de suicidio suponían el 1,9% de los atendidos por la fundación, en 2019 se incrementaron hasta el 2,3%. En el confinamiento, este volumen se disparó hasta el 8,3%.

“Queremos resaltar la importancia de identificar señales de riesgo, sabiendo que no sólo por tener uno de estos comportamientos hay que pensar que el adolescente está teniendo ideación suicida, se tienen que dar un conjunto de comportamientos no habituales”, afirmó el director de ANAR, Benjamín Ballesteros.

Entre las señales de riesgo están cambios bruscos en el estado de ánimo y la conducta, un aislamiento social y una forma diferente de relacionarse con amistades o familia, síntomas depresivos, falta de sueño o un carácter impulsivo y poco reflexivo.

“Al principio puede pasar inadvertido, pero al final vemos un cambio real en su manera de actuar, por ejemplo sentirse muy ansioso o, por el contrario, melancólico o con sensación de indefensión”, explicó la Fundación.

Además, estos adolescentes comienzan a relacionarse menos o de manera diferente con sus amistades, compañeros y con sus familiares. “Se trata de un aislamiento de la sociedad, no quiere ver a nadie. Es común que nuestro hijo pueda refugiarse en la tecnología, con el peligro que conlleva de encontrar información poco recomendable”, señaló ANAR.

También es síntoma la tristeza profunda, mostrar falta de interés por su día a día, sus hobbies, sus actividades anteriores. Además, puede haber autolesiones e intentos previos de suicidio. “Las autolesiones son comportamientos que emplean algunos adolescentes con el fin de poder dar salida a un malestar emocional que no saben cómo manejar. Los intentos previos de suicidio han de ser tenidos en cuenta porque son indicadores”, indicó la entidad.

Asimismo, ANAR apuntó que otra de las señales puede ser que el adolescente comience a regalar objetos propios personales y deshacerse de sus pertenencias.

Desde la fundación, recordaron que pueden contactar con ellos si se detecta cualquier señal a través del chat habilitado en el 600 505 152 o llamando al 900 202 010.