Lo hemos visto en el impresionante y maratoniano despliegue mediático de la final de la Champions League: el poder de la unión, el poder de creer en el equipo, el poder del líder. Ancelotti y Simeone vitoreados, ni un solo fan o aficionado poniendo un ápice de duda en su liderazgo. Independientemente de un resultado que tenía que inclinarse de forma inevitable a favor de uno de los dos equipos madrileños, los jugadores han defendido a muerte sus colores, su proyecto, su empresa. Y cuando todos los ‘trabajadores’ están satisfechos con la actividad que realizan, contribuyen de forma positiva a proyectar una imagen externa adecuada y posicionar a su compañía como líder.
Esta tarea, que puede parecer obvia en el ámbito futbolístico, es perfectamente exportable al mundo empresarial. Tenemos que ser conscientes de que el empleado es el mejor embajador de la Compañía y la organización debe utilizar la Comunicación Interna como un instrumento de gestión imprescindible para motivarlos.
Parece que estamos en un momento económico aún difícil pero que se atisba la luz. Los datos conocidos señalan que la economía de EE.UU. creció un 0,1% en el primer trimestre del año, según el Departamento de Comercio, y se crearon 288.000 empleos en abril, el mayor aumen¬to en dos años; la tasa de desempleo bajó hasta el 6,3%, la más baja desde septiembre de 2008.
En la zona Euro, el Producto Interior Bruto (PIB) creció un 0,2% en el primer trimestre de 2014 en comparación con el último de 2013, según datos de Eurostat, y las condiciones del mercado laboral han empezado a mejorar; se espera que aumente la creación de empleo y que se produzca una nueva disminución de los índices de desempleo, que se sitúa en un 10,1% en la UE y un 11,4% para la zona del euro.
En España, la tasa de paro se ha situado en marzo de 2014 en un 25,3%, pero según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), el paro bajó en 2.300 personas en este primer trimestre del año respecto al trimestre anterior, un 0,04% menos, registrando así su primer descenso en un primer trimestre desde el año 2005.
Lo cierto es que la crisis ha tenido un impacto muy negativo en las cifras de desempleo y, particularmente, en España, esto ha significado que muchas de las compañías cotizadas tuvieron que realizar reducciones de plantilla. Pero también es ya una realidad que parece que se ha tocado suelo, que vamos hacia delante, que se está creando empleo y crece la afiliación a la Seguridad Social, que ha registrado en el pasado mes de abril una media de 133.765 afiliados, un 0,82%, su mejor dato desde 2005, según los datos publicados por el Ministerio de Empleo.
Este conjunto de ratios positivos debe llevarnos a pensar que puede ser un buen momento para que las compañías valoren el nuevo contexto que surge para sus empleados y cómo gestionar adecuadamente con ellos la comunicación para que sea útil en la nueva fase económica que comienza. Hay que aprovechar la coyuntura para realizar una adecuada gestión y planificación de la comunicación interna: informar y motivar a la plantilla, conocer sus opiniones, sus demandas e inquietudes.
Los trabajadores son los principales receptores y portavoces de una compañía, por ello las empresas deben de tener bien definida una adecuada política de comunicación, y máxime si estas compañías cotizan en el Mercado Continuo y están obligadas, según la normativa, a informar con rigor y transparencia.
Estados Unidos, Europa, España, parecen estar recuperando la confianza y la ilusión: las empresas que comunican su estrategia y objetivos de forma clara y transparente son las que más fidelizan a sus empleados, de forma que su trabajo revierte directamente en la rentabilidad de la compañía. Para ello, la empresa debe hacerle partícipe y darle la oportunidad de que valore su contribución en esos resultados de futuro.
No se crea un gran equipo en un corto espacio de tiempo, por tanto, nuestra labor como comunicadores debe dejar espacio para trabajar la Comunicación del líder y generar sentimiento de grupo: crear ‘fans’. Hay que informar sobre la marcha de la empresa y hacerlo de forma directa por la multitud de canales que existen hoy en día a la vez que dar voz al empleado. Hacer uso de los canales descendentes, transversales y ascendentes; utilizar herramientas como el correo electrónico, la intranet, las reuniones, la transmisión directa de los superiores, las redes sociales internas, los foros, los blog, etc.
Estamos en una era de la comunicación como no habíamos vivido nunca. Utilicémosla de forma adecuada, con planificación, profesionalidad y criterio para hacer de nuestros empleados el mejor equipo, el mejor defensor de los colores de la empresa, capaz de ser líder de la Liga más importante.
Por Victoria Magro, Consultora sénior de ESTUDIO DE COMUNICACIÓN