¿Alguien puede imaginar a quien se las da de persona seria y respetable, tratando de defender un argumento mientras invoca a los Reyes Magos, al monstruo del Lago Ness y a los habitantes de la Luna? Sería para llevarle al ‘loquero’ a toda prisa, e iniciar un tratamiento por vía urgente.
Bueno. Pues no. Si ese alguien se llama Fondo Monetario Internacional, ya puede decir todas las fantasmadas que le venga en gana que a este lado del telón del conocimiento nadie tuerce el rictus y todos repetimos como papagallos la consigna. Por ejemplo, que aunque con correcciones a la baja, la economía crecerá por la caída del 55% en el precio del petróleo. Oiga, Fondo Monetario; oiga, Christine Lagarde; que el precio del petróleo son los padres. Que no existe. Que es pura ficción. Y lo que es peor, que la fabrican ustedes a conveniencia, mareándonos la perdiz a los demás.
El último estudio del FMI pasa de castaño oscuro cuando afirma, sujétense bien, que “el consumo doméstico en Japón NO se ha acelerado PESE a la subida del IVA”. Me limpio las gafas que no uso, y releo para cerciorarme, por si acaso. Pues sí, es lo que parece que dice: que a mayores impuestos mayor consumo, lo que supone una cuadratura del círculo en toda regla a cualquier manual de liberalismo económico perpetrado hasta la fecha. Y ni Lagarde, ni los suyos, se despeinan después de semejante peineta al sentido común. ¿Y quieren que me crea el resto? Venga ya, Caperucita, menos lobos.