El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha destacado que la economía de la República Dominica es una de las más dinámicas y resilientes de América Latina y cuenta con unas perspectivas económicas «favorables» que son un atractivo para mayores flujos de inversión extranjera directa.
No obstante, según las conclusiones del personal técnico del FMI tras su visita al país para la elaboración del ‘Artículo IV’, República Dominicana debe seguir realizando «firmes esfuerzos» para la mejora de las instituciones públicas y el clima de negocios, siendo estas reformas «fundamentales» para promover un crecimiento inclusivo y sostenible.
Así, la reforma del mercado eléctrico, el apoyo a la población más vulnerable o las políticas de adaptación al cambio climático son algunos de los ejes centrales en los que debe basar su estrategia el Gobierno dominicano.
En el plano macroeconómico, el principal objetivo es que la deuda entre en una trayectoria firmemente descendente, al mismo tiempo que se debe garantizar que la inflación retorne al nivel fijado como meta, mientras se sortea la moderación del crecimiento.
Por su parte, salvaguardar la estabilidad financiera es otro de los retos para el país caribeño, que cuenta con un sector bancario resiliente pero necesita un estrecho monitoreo ante las condiciones financieras más restrictivas a nivel global.
La aplicación de estos cambios permitirá a la República Dominicana continuar atrayendo considerables flujos de inversión extranjera directa, y lograr que el ingreso per cápita siga aumentando como hasta ahora, al tiempo que se reduce la pobreza.