El índice de precios de consumo (IPC) de China registró el pasado mes de agosto una subida interanual del 0,6%, una décima más que el mes anterior, si bien este fenómeno no se debió a la reactivación de la demanda interna, según se desprende de los datos publicados este lunes por la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
El precio de los alimentos en agosto repuntó un 2,8% frente al estancamiento de julio a cuenta de las altas temperaturas y las lluvias torrenciales, lo que impulsó el IPC. Por su parte, la inflación no alimentaria fue del 0,2%, cinco décimas menos que en julio.
La variable subyacente, que excluye de su cálculo los víveres y la energía por su mayor volatilidad, cerró en el 0,3%, su menor marca desde marzo de 2021 tras ceder una décima.
El alza del IPC se debió al encarecimiento de los alimentos por el mal tiempo, según ha declarado Dong Lijuan, jefe de estadística de la ONE. En concreto, el precio de las verduras frescas avanzó un 18,1% debido a las precipitaciones.
«Las graves inundaciones y el intenso calor de este verano han repercutido considerablemente en los precios de los productos agrícolas, haciendo subir la tasa de inflación», ha explicado Dong.
De su lado, el índice de precios de producción industrial (PPI) de China aceleró su bajada interanual al 1,8% desde la caída del 0,8% de julio. Las lecturas del PPI llevan en negativo desde finales de 2022.