Si es usted votante socialista, ha de saber que su partido le acaba de meter en un grave aprieto, con esa negativa hipócrita y políticamente correcta a presentar una moción de censura en Navarra, no vaya a ser que les apoyen “los malos”, y eso les haga convertirse en caquita para el resto del país.
Fíjense, llevado al día a día, las implicaciones que tiene una decisión tan propia de ignorantes como habitual en la política de pasteleo de las democracias occidentales. Es una reducción al absurdo tan descarnada como necesaria. De entrada, si usted es votante socialista debería prohibirse a sí mismo bajar esta tarde, o cuando le corresponda, al supermercado. Quizá también ha comprado allí un “terrorista”, y no es plan de que le identifiquen con uno.
Si es usted de los que llena el depósito del vehículo, no digamos ya si se mueve en transporte público, lo mejor que puede hacer es quedarse en casa, que de todos es sabido que de alguna forma y por narices se mueven los batasunos. Así que en casa, que así no arriesga. Quítese de Internet, eche la tele a un contenedor, y queme los muebles que tenga en su hogar, no vaya a ser que esté dando carta de naturaleza a los “asesinos”, que seguro en alguna o en todas esas prácticas también han caído. Y así hasta el infinito. ¿A que es ridículo? Pues es el mismo ridículo que hace el PSOE, sin que nadie le haya pedido que haga. Un partido cada vez con más POSE, y por ello mismo con menos PESO.