Endesa obtuvo en los primeros 9 meses del año un resultado ordinario neto de 1.459 millones de euros, lo que supone un significativo descenso del 14,2% respecto a los 1.700 millones del mismo periodo del año anterior. Este descenso, según la compañía, refleja el impacto negativo que la excepcional subida de los precios de electricidad, motivado principalmente por el fuerte incremento del precio del gas y, en menor medida, del de los derechos de emisión del CO2, está teniendo en su cuenta de resultados.
En este contexto, marcado por la escalada de las materias primas energéticas, Endesa registró un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 3.125 millones de euros, un 0,4% inferior al del periodo enero-septiembre de 2020.
En el negocio liberalizado los incrementos se situaron en el 2 y el 1%, respectivamente. Según la compañía que preside José Bogas, el difícil contexto del mercado fue compensado por los ingresos no recurrentes procedentes, fundamentalmente, de la recuperación de costes de CO2 del año 2006 (188 millones), la devolución del canon hidráulico tras la sentencia del Tribunal Supremo (48 millones) y otros ingresos por operaciones de derivados de materias primas (297 millones de euros).
Los costes fijos totales alcanzaron los 1.403 millones, en línea con lo registrado el año anterior en términos comparables gracias a la estrategia basada en los planes de eficiencia de personal.
Mientras, la deuda neta se incrementó en un 45% hasta los 10.000 millones de euros, debido, fundamentalmente, al pago del dividendo con cargo a los resultados de 2020 abonado durante el ejercicio y al descenso del flujo de caja operativo hasta los 862 millones registrado en los nueve primeros meses.
El apalancamiento (ratio de deuda neta respecto al Ebitda), se situó así a 30 de septiembre en 2,4 veces en términos comparativos, mientras que el coste de la deuda alcanzó niveles extraordinariamente bajos, manteniendo su senda de reducción. El interés medio baja hasta el 1,5%, «lo que distingue a Endesa como la utility integrada con el coste de financiación más competitivo a nivel europeo», según destaca en su comunicado.
La financiación ligada a criterios de sostenibilidad representó el 57% del total de la deuda financiera bruta, lo que supone un importante avance respecto al 45% del ejercicio 2020. Esto sitúa a Endesa más cerca el objetivo de alcanzar el 60% para 2023.