El presidente del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Andrea Enria, ha subrayado que su división supervisora dará a los bancos europeos «flexibilidad» a la hora de reconstruir los colchones de capital que se hayan usado para afrontar la crisis generada por el Covid-19.
El italiano ha asegurado durante su intervención en un acto organizado por el IESE que las medidas de apoyo aprobadas de forma coordinada como respuesta a la crisis han logrado «evitar una fuerte reacción procíclica». Además, ha subrayado que, de momento, el BCE tiene previsto mantener todas las hojas de ruta que ha venido delimitando en los últimos meses.
No obstante, Enria ha reconocido que el Consejo de Supervisión «reconsideraría» el horizonte temporal si se diera en Europa una «materialización significativa» de problemas de calidad de los activos en los balances de los bancos.
Con respecto a los dividendos de los bancos, el BCE tiene previsto informar el 23 de julio su decisión al respecto. Enria ha indicado que, como ya había comunicado anteriormente, en ausencia de un «deterioro material» de la previsión económica, el BCE tiene previsto rechazar su recomendación de no pagar dividendos para que sea efectivo a finales del tercer trimestre.
Como hacen habitualmente los miembros del BCE, el presidente del Consejo de Supervisión ha alertado de que la «baja rentabilidad estructural», que es «muy predominante» en la zona euro, es un riesgo de cara al futuro para el sector.
En lo que se refiere a quiebras y préstamos fallidos, Enria ha reconocido que de momento no se ha visto su impacto en los balances de los bancos. No obstante, el supervisor ha alertado de que el test real vendrá cuando los gobiernos retiren las medidas de apoyo directo, como los ERTE.