Uno de los portales inmobiliarios más conocidos de España acaba de dar a conocer su informe sobre la compraventa de pisos en el último año. Los datos que recoge reflejan cierta normalidad, lo que es positivo por la marcha económica general, aunque significa que volvemos a las andadas.
Algunos datos son dignos de mención, como que el 12 por ciento de los compradores están o estaban en el paro en el momento de adquirir la vivienda, y de ellos la mitad sin cobrar subsidio alguno. Algo que de forma inevitable remite a posiciones de economía informal cuya investigación no es cometido de este informe, pero que deja con las vergüenzas al aire a la incapacidad de las autoridades para meter mano, de una vez por todas, a los circuitos de la economía que tan pronto sirven para cobrar un favor político como para blanquear capitales procedentes de vaya usted a saber dónde.
Y aunque tampoco sea cometido del informe, cada vez se echa más de menos que se meta mano al mercado inmobiliario por la vía del análisis de los costes del producto y los precios de la venta. Todos sabemos que el sobrecoste de entre un 200 y un 350 por ciento en cada operación se rige por la ley de la escasez y la necesidad. Pero que eso pase en un país como España, con tanto piso vacío, es de hacérselo mirar. Claro, que estas cosas no se pueden decir porque a la primera de cambio viene alguien a mentarte la bicha de que lo que quieres es expropiar el chalet del vecino.