Verás tú lo que tardan quienes tú y yo nos sabemos en meterle mano a los jueces que, como Javier Gómez Bermúdez, empiezan a buscarle las cosquillas a los financieros que se fueron de las manos. Por mucho que sus acusaciones vengan avaladas por el FROB. Eso no se toca, señores.
Porque es lo mismo que le han dicho a los jueces que tienen causas abiertas en el extranjero: eso no se toca. La Justicia Universal no se puede llevar a cabo, por dos razones. La primera, declarada, es que es un desmadre y no alimenta más que al ansia de estrellato de algunos jueces, que quieren imitar a Garzón en todo menos en lo de acabar inhabilitados. La segunda, no declarada pero ahí está, es que el Poder Judicial hace mal en creerse a Montesquieu, que a fin de cuentas aquí manda quien manda, y si no ahí está el rodillo absolutista para dejarlo marcado a fuego. Que nadie se menee.
Con las corruptas finanzas de la inmensa mayoría de las extintas cajas de ahorro va a pasar tres cuartos de lo mismo. Si hay algún envalentonado por ahí dispuesto a echarle el guante a alguno de los infelices que las gestionó, pensándose el la sota de oros de la Justicia patria, se ha equivocado de palo, porque pintan bastos para él. De momento les dejarán hacer. Pero cuando de verdad lleguen a las fibras sensibles del poder, llegarán con un decreto ley a quitarles el juguete, a dejarles un par de recados de sutiles amenazas, y a recordarles que eso no se toca, y que así no se juega.