Iberdrola se propone liderar la producción eólica marina en el mar Báltico

Iberdrola contará con el mayor complejo eólico marino del mar Báltico cuando complete la ejecución de los tres proyectos que se ha logrado adjudicar en aguas alemanas, que sumarán una potencia de 836 megavatios (MW), lo que requerirá una inversión de unos 2.500 millones de euros.

Precisamente este lunes, la eléctrica española ha inaugurado el complejo de Wikinger, operativo desde finales de 2017, en un evento celebrado en el puerto de Sassnitz, en el que participaron el director general de los Negocios de Iberdrola, Francisco Martínez Córcoles; el ministro de Energía, Infraestructura y Digitalización del estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, Christian Pegel, y el consejero delegado de la empresa de transporte alemana 50 Hertz, Boris Schucht.

Martínez Córcoles, tras destacar que Iberdrola logró construir este parque en 18 meses, afirmó que constituye “un ejemplo de transición energética” ya que permite contar con “energía limpia y fiable”. También sostuvo que “la transición energética supone una oportunidad única para el continente”.

Wikinger, que cuenta con una potencia de 350 MW y supuso una inversión de 1.400 millones, aporta energía renovable y de alta eficiencia a 350.000 hogares -lo que equivale al 20% de la demanda de energía del estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.

Este flujo de energía renovable tiene un destacado impacto positivo sobre el medio ambiente, al evitar la emisión a la atmósfera de casi 600.000 toneladas de CO2 al año.

Tras Wikinger, Iberdrola llevará a cabo la construcción de Baltic Eagle (476 MW) y Wikinger Süd (10 MW) en el Báltico. Para estos proyectos, la compañía está seleccionando al proveedor para las turbinas, con la intención de que tengan una potencia de entre 8 y 10 MW, frente a los 5 MW de los generadores del parque inaugurado hoy.

De este modo, Alemania pasa a convertirse en un área clave para el grupo Iberdrola en los próximos años, junto a sus mercados centrales: Estados Unidos, Reino Unido, México, Brasil y España.

Wikinger es la primera instalación eólica marina diseñada y operada cien por cien por una empresa española. Iberdrola logró cumplir los plazos fijados por las autoridades alemanas, lo que le permite recibir una retribución de 190 euros por megavatio hora durante ocho años, prorrogables hasta los 11,5, en los que debería recuperar la inversión.

Este proyecto ha contado con más de 2.000 empleados, de 20 países distintos. Ha supuesto la instalación de 280 pilotes, de 40 metros de longitud, 2,5 metros de diámetro y un peso unitario de 150 toneladas, todo ello construido por la empresa española Windar (Asturias).

Sobre ellos se han colocado 70 cimentaciones, de 620 toneladas de peso cada una, fabricadas por la empresa danesa Bladt y la española Navantia, en su astillero de Fene (Galicia).

Por su parte, las turbinas, fabricadas por Siemens Gamesa en sus plantas de Bremerhaven y Stade (Alemania), tienen 5 MW de potencia unitaria. Se trata de los aerogeneradores de mayor potencia y dimensiones que Iberdrola ha instalado en su historia. Con una altura total de 165 metros, están formados por una nacelle de 222 toneladas de peso, un rotor de 135 metros de diámetro, cuyas palas tienen 77,5 metros de longitud cada una, y una torre de 75 metros de altura.

Finalmente, una de las infraestructuras clave de Wikinger ha sido la subestación marina, a la que se ha llamado Andalucía, que va a ser utilizada conjuntamente por Iberdrola y 50Hertz, operador del sistema eléctrico alemán. La instalación, el corazón energético del parque, ha sido también construida por Navantia en su sede en Puerto Real (Andalucía) y tiene un peso de unas 8.500 toneladas.