El Gobierno italiano valora la expropiación de los derechos de explotación de dos marcas de coches históricas del país transalpino, Autobianchi e Innocenti, al grupo Stellantis para ofrecérselos gratuitamente a un fabricante de origen chino como BYD, Chery, Dongfeng o Great Wall Motors que se comprometan a revitalizar sus vehículos.
Según avanza este viernes el diario económico italiano ‘Il Sole 24 Ore’, el Ejecutivo de Giorgia Meloni escudaría su decisión en la aplicación de la ley ‘made in Italy’, aprobada en diciembre, que faculta al Estado para tomar posesión de una marca italiana histórica que no se ha usado durante al menos cinco años.
En este supuesto se encontrarían tanto Autobianchi como Innocenti, marcas históricas de coches italianos que desaparecieron en 1995 y 1997, respectivamente.
En este caso el Ministerio de Finanzas podría, según el documento legislativo, «formular una solicitud de caducidad de la marca ante la Oficina de Patentes y Marcas. Y si la solicitud es aceptada, la Dirección Feneral presenta una solicitud de registro».
Es decir, si una marca italiana considerada histórica no se utiliza durante más de un lustro ni se comercializa ningún producto bajo su nomenclatura, el Estado tiene plenos poderes para arrebatar al propietario todos los derechos y luego decidir qué hacer con ella.
Acorde a las informaciones publicadas por el rotativo, el Ministerio ya ha presentado la solicitud ante la oficina de patentes para que las marcas Innocenti y Autobianchi no se renueven y, de hecho, asegura que ya se han registrado versiones de los dos fabricantes utilizando gráficos diferentes a los producidos por el grupo Stellantis.
MELONI Y LA CRISIS CON STELLANTIS
Este movimiento del Gobierno de Meloni llega en plena crisis con el grupo automovilístico después de que la mandataria acusara al fabricante de descuidar sus fábricas de producción histórica en Italia.
De hecho, a mediados de mayo, la policía italiana confiscó 134 coches de Fiat importados de Marruecos que se vendían con los colores de la bandera del país transalpino en uno de los laterales, algo que podría ofrecer un falso indicio sobre el origen del producto.
Sin embargo, no es el único enfrentamiento entre las partes. En abril, tras la presentación del Alfa Romeo Milano, el ministro de Industria y Empresas del país, Adolfo Urso, criticó que se utilizara el nombre de la ciudad de Milán para un coche que se iba a producir en otro país, en Polonia, concretamente.
En consecuencia, Stellantis cambió el nombre de su vehículo y lo llamó Alfa Romeo Junior.