Hace unos meses, en Italia se puso en marcha un fondo financiado principalmente con capital privado que tenía como objetivo buscar inversores. La idea era capitalizar los bancos y facilitar la venta de los activos tóxicos (carteras de préstamos impagados o de dudoso cobro) que estos tenían en balance. A diferencia de España, donde los problemas del sistema bancario fueron una herencia de la burbuja inmobiliaria, en Italia los bancos han venido acumulando impagos procedentes de préstamos empresariales.
El escaso éxito de esta medida ha sido la falta de interés por parte de los inversores y la gran diferencia entre el precio al que estos estaban dispuestos a comprarlos, y el precio que pedían los bancos. En caso de venderlos a ese precio de mercado, la mayoría de entidades no dispondrían del capital suficiente para hacer frente a las pérdidas contables que estas ventas aflorarían.
Después de que este tipo de medidas ideadas para sanear el sistema financiero italiano no hayan tenido el efecto deseado, el gobierno trata ahora de encontrar la manera de ayudar directamente a los bancos.
Esta práctica no está bien vista por la U.E., que prefiere que se realice un bail in a un bail out. Un bail out consiste en inyectar dinero público y un bail in, en que sean los actuales accionistas y bonistas de los bancos los que paguen los `platos rotos´. En el caso de Italia una inyección de dinero público sería muy mal vista, ya que es uno de los países más endeudados del mundo al tener una deuda sobre PIB de nada menos que el 132%.
Monte dei Paschi di Siena (MPS) se trata de uno de los mayores bancos de Italia y el que tiene, de largo, un mayor montante de activos tóxicos en balance.
A pesar de haber vendido en los últimos años parte de ellos y tener planificado seguir haciéndolo durante los próximos años, ayer se filtró que el BCE les ha recomendado desprenderse de más. La idea es poder `maquillar´ sus resultados en los stress test a la banca europea que se publicarán el 29 de julio. Desde hoy se especula con que el gobierno italiano está tratando de acelerar el proceso de inyección de capital en esta entidad en concreto.
A cierre del primer trimestre, MPS tenía una exposición de más de 47.000 Mn€ a activos tóxicos, algo que clama al cielo teniendo en cuenta que la capitalización bursátil de la entidad no llega a los 1.000 Mn€. De esos 47.000 Mn€, 17.000 Mn€ préstamos de dudoso cobro y 27.000 Mn€ lo forman préstamos impagados, que han crecido casi un 10% respecto al año anterior.
A todo este problema de solvencia del sistema bancario italiano se une un contexto poco favorable para el sector en general. Con un Euribor en mínimos históricos, es difícil generar beneficios vía margen de intereses.
Además de estos ‘activos’, se estima que el banco tiene en su balance cerca de 22.000 Mn€ en deuda pública de Italia, considerada grado de inversión pero solo 3 escalones por encima del bono basura.
Se teme además que esta crisis reputacional pueda estar teniendo consecuencias en su negocio y en la confianza de sus clientes, ahora más recelosos a la hora de depositar sus ahorros.
Felipe López-Gálvez, Selfbank