La Federación Mundial de Bolsas (WFE, por sus siglas en inglés), de la cual forma parte Bolsas y Mercados Españoles (BME), ha criticado los impuestos a las transacciones financieras (ITF), conocidos popularmente como ‘tasa Tobin’, por los efectos que tienen sobre el mercado y sobre el comportamiento de los inversores.
En un informe publicado este martes, la WFE ha explicado que este tipo de impuestos crean «desafíos significativos» para inversores, empresas y mercados financieros, cuyas consecuencias afectan a la eficiencia de los mercados, el crecimiento económico y el empleo.
«La lógica es que, al subir los costes de transacciones, los ITF supuestamente limitan el ‘trading’ perjudicial y reducen la volatilidad (…). La realidad es que tiene el efecto contrario, al desanimar a ‘traders’ informados, lo que significa que hay menos compradores y vendedores al precio ideal», ha indicado el consejero delegado de WFE, Nandini Sukumar.
Como este tipo de tributos aumentan los costes de las transacciones, reducen los retornos que los inversores obtienen, al tiempo que hacen que algunos inversores cambien sus estrategias para evitar los activos gravados, en última instancia esto podría provocar que los inversores muevan su capital o decidan invertir en regiones donde no existen estos tributos.
Además, el efecto de esta tasa en el mercado reduce el volumen negociado y la liquidez del mercado, llevando a ‘spreads’ más altos. Para las empresas, supone aumentar el coste de capital y les dificulta la financiación nuevos proyectos.
Las 250 infraestructuras de mercado que forman parte de la WFE perciben el impacto de estos impuestos en las operaciones que pasan por sus libros de órdenes, que «pueden tomarse como un indicador de la salud general, la confianza y el dinamismo del mercado y la economía en su conjunto», señala la agrupación de Bolsas.