Es posible que no se acuerden ustedes muy bien, pero no hace ni tres años que se les llamó de todo. Desde un casi blanco, por inocuo, perroflautas, hasta arietes de Batasuna. La cuestión era quitárselos de enmedio, por incómodos. Hoy habría que llamarles adelantados a su tiempo.
Aquello no se podía consentir, era un movimiento ciudadano de los que siempre han incomodado a la derecha y que le plantaba cara a un Gobierno, entonces, de supuesta izquierda. O sea que no casaban con nadie. Y ellos mismos lo reivindicaban, que ni se casaban ni se vendían, que su objetivo no era la política tradicional, que el sistema estaba KO y podrido de corrupción, y su máxima llamada era “no les votes”. En una vuelta de tuerca más se les consideró jovencitos sin capacidad de gestión. Por más que se autogestionaron con toda organización durante varios meses en la Puerta del Sol.
El tiempo viene a darles la razón con las encuestas europeas a aquellos mozos y no tan mozos del 15-M. Los dos de siempre ya no valen y su sistema corruptocrático se resquebraja. Todavía obtienen más votos, sí, pero la sangría es irrefrenable; y más que lo va a seguir siendo con izquierdas y derechas oficiales que no se enteran ni del nodo, y siguen abordando estas encuestas desde sus ópticas ombliguistas y ensimismadas. Señores de la vieja política, dejen paso. Su sistema se va al garete y ustedes no están capacitados para rehabilitarlo. Su tiempo ha pasado. Para siempre.