La inversión de China en España durante 2020 se situó en 370 millones de dólares (305 millones de euros), lo que supone un abultado incremento con respecto a los datos de 2019, cuando el dato fue de 80 millones de dólares (66 millones de euros), según se desprende de un informe elaborado por la firma Baker McKenzie y publicado este miércoles.
La inversión extranjera varía mucho de año a año porque una sola operación corporativa puede elevar la cifra final. En concreto, los datos de 2020 estuvieron muy influenciados por la compra de una participación mayoritaria de China Railway en Aldesa, valorada en 277 millones de dólares (228,7 millones de euros).
Los datos de España se producen en un contexto de descenso de la actividad inversora china en el mundo. En 2020, el país asiático registró inversiones hacia el exterior por valor de 29.463 millones de dólares (24.322 millones de euros), un 45% menos que los 53.469 millones (44.139 millones de euros) alcanzados en 2019 y la cifra más baja registrada desde 2008.
Según Baker McKenzie, esto se debe a que en los últimos años se han reinstaurado controles de inversión exterior en China, ha aumentado el escrutinio de los reguladores en muchas partes del mundo y, además, las tensiones geopolíticas y la pandemia han creado un «contexto desfavorable». Sin embargo, la firma ha asegurado que la mejora de las condiciones políticas y macroeconómicas «parece indicar un cambio de tendencia».
Por áreas geográficas, la inversión china en Europa se contrajo un 60%, hasta 7.992 millones de dólares (6.597,5 millones de euros), mientras que en Norteamérica alcanzó los 7.519 millones (6.207 millones de euros), un 34% menos.
En el resto de Asia se contrajo un 31%, hasta 7.135 millones de dólares (5.890 millones de euros) y en Latinoamérica cayó un 5%, hasta 6.008 millones (4.960 millones de euros). La actividad en Oceanía se situó en 805 millones de dólares (664,6 millones de euros), casi un 70% menos.
«Es factible que 2021 sea un año positivo para la actividad inversora china hacia el exterior, especialmente si tomamos en consideración los datos macroeconómicos chinos -que señalan al gigante asiático como uno de los países que mejor resistirán las consecuencias económicas de la pandemia-, junto a la mayor claridad regulatoria facilitada por el acuerdo de inversiones entre la UE y China y a la disminución notable de la tensión geopolítica con la próxima Administración Biden en Estados Unidos», ha afirmado la socia de la división de fusiones y adquisiciones (M&A) de Baker McKenzie, Maite Díez.