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LA TRIBUNA DEL LIBERAL “La trampa de la Segunda Oportunidad”

Una ley de segunda oportunidad en mi opinión es necesaria, el problema es que la que se ha sacado adelante tiene bastantes peros. En teoría se pretende aliviar las cargas financieras de las familias cuando superan el valor de los bienes hipotecados. Es decir, como una especie de ley de bancarrota personal para poder cerrar las deudas de alguna manera.

Como digo siendo esta ley necesaria, no ha habido el suficiente debate antes de aprobarla. Cambiar unas normas de juego en materia crediticia, en materia de préstamos con la cierta urgencia con la que se ha hecho no sé si es lo más apropiado. Espero que no la tengamos que modificar en el futuro porque veamos de algún modo que tomamos decisiones no del todo en la dirección correcta.  No olvidemos que las entidades financieras consiguieron unos créditos y desde luego pueden estar más vulnerables en estos momentos si mucha gente utilizara un camino de reducir el volumen de sus deudas de modo incontrolado. Por eso a mi me hubiera gustado más análisis y debate antes de aprobar esto.

Es una medida como digo positiva, pero incluso ya estaba regulada antes de la reforma, lo que ocurre es que los requisitos eran tan exigentes que no valía para nada. Ahora hay cambios. Con la legislación que teníamos las personas físicas que no fueran empresarios no podían acudir a una suspensión de pagos. Ahora sí y eso es una mejora. Pero ojo, porque en la Ley hay alguna trampa. Las entidades financieras pueden seguir reclamando la deuda cuando un ciudadano recupere su estabilidad económica, algo que me parece tramposo. Esto hace que la ley sea ineficaz. Una de las razones por las que se quiere un régimen de segunda oportunidad es partir de la base de que nos encontramos ante una persona insolvente, que no puede pagar sus deudas y sobre todo que es un deudor de buena fe. Y lo que queremos es que el deudor se recupere, pero el deudor seguirá acudiendo a la economía sumergida si le van bien las cosas y vuelve a caer en las ejecuciones. Con lo cual el haber metido este punto en la ley, hace que la misma sea ineficaz.

En algunos países existe evidentemente la dación en pago y es una forma muy fácil de liquidar de algún modo por lo menos las hipotecas que no se pueden pagar. La Unión Europea está muy por la labor de que todos los países tengan una ley de segunda oportunidad, no todos la tienen y desde luego hay algunos países como los escandinavos que también tienen leyes de créditos que favorecen la quiebra personal. Es decir, tal como ocurre cuando una empresa tiene dificultades y va a un concurso de acreedores, que también lo puedan hacer las personas, las pequeñas y medianas empresas y los autónomos.

Por tanto, me parece necesaria una ley de estas características, pero reitero que se debería haber hecho con mayor calma y análisis, aunque comprendo que esta pretensión es difícil en los tiempos que nos va a tocar vivir.

Por ello algunos decimos que los periodos electorales no son precisamente etapas en las que se puedan esperar demasiado reformismo ni que el mismo lleve aparejado seriedad. El electoralismo es lo que tiene. Y si digo que una ley de estas características es una buena idea ¿Por qué no se ha hecho antes? Básicamente como al principio de este artículo he dejado atisbar porque se tiene miedo al impacto que pueda tener esto en las cuentas de resultados de las entidades financieras.

Álvaro Lodares.

Economista y escritor.

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