Los Veintisiete han aprobado este jueves por unanimidad la retirada de la UE del Tratado de la Carta de la Energía, establecido en 1994 para regular el comercio y la inversión en el sector energético, lo que supone el paso final de este proceso que arrancó en julio de 2023 con la propuesta de la Comisión Europea para una salida coordinada.
En concreto, los ministros de Energía de la UE han adoptado la retirada de la UE y Euratom del Tratado sobre la Carta de la Energía, junto con las decisiones paralelas para que los Estados miembro aprueben o no el Tratado modernizado en la próxima Conferencia sobre la Carta de la Energía, que se celebrará en noviembre.
El pleno del Parlamento Europeo respaldó también la decisión el pasado 24 de abril en base a la propuesta previa del Ejecutivo comunitario, que recomendó la salida coordinada ante la falta de una mayoría cualificada entre los Veintisiete para aprobar el texto modernizado y después de que Alemania, España, Francia y Países Bajos se abstuviesen en la votación para dar un mandato a Bruselas.
El Ejecutivo comunitario constató, asimismo, que el Tratado ya no es compatible con los objetivos climáticos de la UE en virtud del Pacto Verde Europeo y el Acuerdo de París, principalmente debido a las preocupaciones sobre las continuas inversiones en combustibles fósiles.
La retirada del Tratado de la Carta de la Energía como única solución posible es la solución que España defiende desde febrero de 2021, cuando, tras constatar la escasa ambición de las negociaciones, remitió la primera carta a Bruselas alertando de la situación.
Junto a España anunciaron también su retirada Polonia, Francia, Alemania, Países Bajos, Eslovenia y Luxemburgo, –Italia ya lo abandonó en 2016–, algo que también respaldó la Eurocámara por considerar que el Tratado daba mayor poder a los inversores energéticos privados para litigar contra los Estados miembro.
No obstante, los Veintisiete seguirán sujetos sin cambios a las condiciones de arbitraje que prevé el acuerdo internacional durante otros 20 años pese a romper con él.