Los aranceles a la importación de vehículos eléctricos chinos aplicados por los países de la Unión Europea impedirán la caída de precios de los coches y la expansión de este segmento del sector, frenando la transición hacia la movilidad sostenible.
Crédito y Caución advierte en su último informe de que es probable que se acelere la localización de la producción de vehículos eléctricos chinos en el territorio comunitario. De hecho, asegura en su último informe que el exceso de capacidad automovilística se redobla en las industrias sostenibles, como la fabricación de vehículos eléctricos, cuyo desarrollo China «ha promovido intensamente con facilidades de acceso al crédito».
Si finalmente en noviembre los Estados miembros aprueban de manera definitiva los aranceles, estos gravámenes se sumarían a los derechos de importación del 10% que ya se aplican para proteger mediante estas trabas comerciales la producción local frente a las importaciones chinas «injustamente subvencionadas».
La nueva propuesta, resultado de la investigación exhaustiva de la cadena de valor que aborda la fijación de aranceles fabricante a fabricante, deja a Tesla como la marca más beneficiada por el nuevo cálculo, de manera que los aranceles sobre sus vehículos eléctricos quedan reducidos al 9%.
Por su parte, las dos principales marcas alemanas de automoción (Volkswagen y BMW) y sus socios en empresas conjuntas en China deberán hacer frente a un arancel del 21,3%. Los tipos propuestos para los principales fabricantes chinos se encuentran entre el 17% y el 36,3%.
El enfoque caso a caso de la Unión Europea supone una medida «más templada» que la de Estados Unidos, cuya Administración ha elevado del 25% al 100% los aranceles a todos los vehículos eléctricos fabricados en China. Sin embargo, este mercado apenas representa el 1% de las exportaciones chinas frente al 40% destinadas a Europa.
«La sobreoferta de vehículos eléctricos baratos chinos podría dirigirse a otros mercados y amenazar las exportaciones de vehículos occidentales», avisa Crédito y Caución, para añadir que otro «problema inmediato» es la posibilidad de que las marcas europeas con fábricas en China «se vean afectadas».