La patronal europea de fabricantes de componentes de automóviles (Clepa, por sus siglas en inglés) ha alertado este martes de que la imposición de aranceles en la Unión Europea a la importación de vehículos eléctricos producidos en China puede ofrecer una «solución temporal» pero no serán la repuesta «al desafío de la competitividad».
«La industria automovilística europea necesita crecimiento para fomentar la innovación necesaria para las futuras soluciones de movilidad», ha apuntado el secretario general de Clepa, Benjamin Krieger, quien ha asumido también el trabajo que tiene por delante la industria comunitaria para superar «su déficit de competitividad» más allá de la innovación.
Los costes de la energía, la financiación pública y el acceso al capital son factores críticos que determinan dónde se producen las innovaciones, y Europa, apunta Krieger, actualmente está rezagada en los tres.
En concreto, para reducir los costes de fabricación, los productores de componentes del automóvil consideran que se deben reducir los precios de la energía, con un mayor despliegue de las renovables y la diversificación de la cadena de suministro de las materias primas.
El superávit comercial de la Unión Europea con China ya está disminuyendo, particularmente en componentes de la automoción, que se desplomó desde los casi 7.000 millones de euros hasta los 3.000 millones de euros que se registraron en 2020. Clepa admite que el gigante asiático es el mercado automovilístico más grande del mundo y un centro de innovación y que la capacidad para competir en el territorio «influye significativamente en la competitividad global de una empresa».
Desde la patronal ponen el foco en la necesidad de generar un impulso para eliminar las barreras al mercado único y al mercado de capitales de la UE con el objetivo de ayudar a movilizar la inversión privada.
«Abordar estas áreas es esencial para que Europa mantenga su posición como líder del mercado global y se mantenga a la vanguardia de la innovación y la sostenibilidad. Este enfoque no sólo salvaguardará sino que también estimulará la rentabilidad y el crecimiento futuro», ha sentenciado Krieger.