Una decisión tan importante para los españoles como la abdicación de un rey y su reemplazo por otro no debe ser tomada por una sola persona, sino por los órganos de soberanía nacional. Es el pueblo el que tiene que decidir, bien a través de sus representantes en las Cortes o mediante un referéndum, si acepta o no el relevo de Juan Carlos I por Felipe VI.
La decisión del todavía monarca ha sido un grito al aire. “Necesito recambio”, ha venido a decir con sus palabras sobre “el impulso de renovación” y la llegada de “una generación más joven”. Sin embargo, quien establece cómo debe realizarse el proceso no es el rey saliente, sino la Constitución. Y mientras esta no se cambie, hay que cumplirla.
La Carta Magna pide que la sucesión se resuelva con una ley orgánica, y sólo después quedaría aceptada la abdicación. En definitiva, se trata de que los españoles tengan la última palabra, aunque sea a través del Congreso.
José Luis Sanchis es doctor en Ciencias de la Información y presidente de honor de Torres y Carrera.