Ayer a las 18:oo, en un horario muy Europeo, los periodistas asistíamos a la rueda de prensa de nuestro ministro de Economía Luis de Guindos y su homólogo francés, de Finanzas y Mercados, Michel Sapin. Una convocatoria en la que se nos informaría de todo, o casi todo, lo que se había hablado en una reunión replicante de la acontecida el pasado mes de octubre.
«Seis meses es poco» afirmó Sapin, y sin embargo «han cambiado muchas cosas». Europa ya no es un problema, ya no es ese barco a la deriva con la quilla dañada. Europa «converge» y está en condiciones de competir, de tú a tú, con el gigante de barras y estrellas, Estados Unidos.
En francés y con tono amable, relajado diría yo, De Guindos, perfecto sabedor del 3,5 por ciento de crecimiento y de su posición, presente y futura, intentaba hacernos creer que «España y Francia se han convertido en líderes de Europa». Un liderazgo al que, por cierto, se ha llegado haciendo praxis de la tesis que reza que «el fin justifica los medios», parida allá por el siglo XVI por el florentino Maquiavelo, pero que bien podría atribuirse a la canciller Gelita Merkel, por eso de pedir para los demás lo que no quiere para ella: reformas estructurales. España ya pasó esos años negros y lo ha hecho bien, o mejor dicho, los españoles lo hemos y lo seguimos sufriendo bien. Francia va a la zaga, todavía quedan cosas por hacer y tomará de ejemplo a nuestro país, dejó caer Sapin. ¡Pobrecitos franceses! No me imagino yo Paris con cubos de basura vacíos de restos de comida y llenoas de gente de clase media que se lanza, a primera hora de la mañana, para que nadie les vea, a la caza y captura de un trozo de pan que llevarse a la boca.
Europa es líder si, pero para los de lo macro, que a los de la micro aún nos queda tiempo… Y éste se promete largo… Años venideros en los veremos que somos más uno que nunca, porque si algo quedó claro ayer en la candidez del enamoramiento entre De Guindos y Sapin fue eso: tenemos un mismo objetivo con un mismo nombre. Miradas cómplices, «mon amour», para defender la unión bancaria, la energética, la fiscal, el plan Junker y hasta la tasa Tobin.
Para poner la guinda al pastel, un sí quiero escondido en las más que contundentes palabras de Sapin «España se merece mucho más en términos del ejercicio de responsabilidad en la Unión Europea». Para el francés, cuando es contundente, no hace falta traducción a lo que en español quiere decir «Luis contará con mi apoyo en Bruselas».
Lo cierto es que y permítanme que les diga que, en mi opinión, quedó claro que el frente hispano francés se empieza a medir con el germano, y que de la flemática independencia inglesa, ni hablamos. Y entre medias de la lid, Grecia… El acuerdo es necesario, y las advertencias que se escucharon ayer varias. Tsipras «demuestra voluntad» y cual hermano mayor Francia y España acompañarán el renacer del país heleno después del mes de Junio. Eso sí, «no habrá plan B» ni nueva moneda, porque «mon amie» los amigos cambian en euros.
Foto: Efe