Ha anunciado el presidente de la aerolínea de bajo coste que cuando se haga con aviones de larga distancia, los vuelos a Nueva York estará a 10 euros la ida y 7,30 euros la vuelta. 15 euros en total para un vuelo que en compañías normales rondarían los 500 euros ida y vuelta, como poco y económico.
Algo sospechosamente barato que quizá vean nuestros ojos, aunque no hay que confiarse, la compañía de O’Leary cobrará (como hace siempre) por absolutamente todo y seguirá siendo igual de estricto a la hora de embarcar y de ahí sacará tajada. Cobrar por el equipaje, por las tarjetas de embarque a los despistados que no las impriman en casa o si hay una reserva de asientos de las puertas de emergencia. Aquí hay otro punto a tener en cuenta, la clase business que se supone que tendrá Ryanair, de ahí piensa el presidente sacar beneficio. Algo que parece será probable. Si han viajado en la low cost sabrán que los asientos están muy pegados los unos de los otros, es más que probable que si estos billetes se ponen a la venta se agoten los de primera clase.