Vamos a cerrar la semana con el despido de las decisiones en materia impositiva que ha tomado la cartera de Cristobal Montoro. El otro día decía que no tenía pensado subir el IVA y quizá podamos creerle de momento, también Rajoy lo dijo esta semana, que no habría subidas, sino bajadas.
Y estaba en lo cierto. Hoy tras el Consejo de MInistros, Soraya Sáenz de Santamaría ha anunciado que se baja de un 21% a un 10% el IVA cultural pero solamente para las transacciones artísticas. Una petición que estaban pidiendo a gritos desde las galerías de arte españolas porque, decían, no podían competir con los precios finales de las galerías del resto de Europa.
Lo ha vendido la vicepresidenta como una equiparación al IVA de países como Alemania o Italia, aunque lo cierto es que los demás sectores se preguntarán: ¿Ahora, vicepresidenta, qué hay de lo mío? Y con razón. El mercado del arte mueve un abultado volumen de ventas, pero el resto de sectores merecen las mismas oportunidades, sobre todo teniendo en cuenta que la colección de arte está en manos de rentas altas.