Parece mentira que tengamos que sufrir la ‘calidad y valía’ de los que dicen ser nuestros políticos, tanto de algunos de los que nos gobiernan como de algunos otros que están y, mejor que así sea, en los grupos de la oposición. Tan sólo un día después de que se presentase el informe del FMI Perspectivas Económicas Mundiales, en el que se augura para España un crecimiento del dos por ciento del PIB -siete décimas por encima de la nota obtenida por nuestros socios alemanes (1,3 por ciento)- el antes actor y ahora ‘comediante de los escaños’, Toni Cantó hacía gala de su perspicacia en público y en Pleno, el del Congreso. Cantó cantó, y dio la nota al inquirir a Cristobal Montoro, el «modesto ministro de la recuperación»:«¿cree que la política de austeridad de su Gobierno ha dado frutos en España?»
Imagino al humilde y modesto ‘Cristobal’ (Montoro)-, frotándose las manos y con sonrisa satírica ante pregunta tan audaz y para la que la respuesta se perfilaba más que obvia «Sí, sí ha dado frutos. Nadie puede negar ya que la política presupuestaria del Gobierno junto con las reformas estructurales han causado una recuperación económica que coloca a España a la cabeza de la Eurozona». Touché Sr. Montoro.
Sin embargo, a pesar de la torpeza de la pregunta del diputado de UPyD, y de la hábil respuesta del Ministro, he de recordarle, Sr. Montoro que no es la primera vez que el FMI patina en sus predicciones y que no es la primera vez que se apunta a que al Fondo que preside la abogada francesa Christine Lagarde le mueven ciertos intereses políticos. Además, Sr. Montoro como bien debe usted saber, la macroeconomía dista mucho de la microeconomía, o lo que es lo mismo la economía real, la del día a día, la de los más de 46 millones de españoles que no tienen la fortuna de pertenecer al uno por ciento de aquellos que poseen más de la mitad de la riqueza mundial.
Querido Cristobal, a pesar de la impericia reiterada de algunos políticos a los que deberían enseñarles cómo, cuándo y por qué preguntar, le recuerdo que la recuperación aún no ha llegado a todos y que los que por economía, recorremos las calles a pie aún percibimos la desazón ‘fruto de su austeridad‘.