La banca española de nuevo a examen

Hoy se reúne el Eurogrupo en Bruselas en un encuentro en el que los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro van a revisar la marcha del programa de asistencia financiera concedido a España para sanear su sistema bancario y el cumplimiento de sus condiciones.

No parece que vaya a haber demasiados problemas para que den el visto bueno a los avances del sistema financiero. Según la troika las cosas van bien, y aunque el final de la ayuda está a la vuelta de la esquina, no parece probable que hoy se planteen la prórroga. Todo dependerá del informe que hagan los hombres de negro allá por el mes de septiembre. Sin embargo, parece que sí van a mostrar su inquietud por el vacío legal que hay en España sobre los desahucios, y que ha permitido a Andalucía firmar el decreto antidesahucios.

Grecia y Portugal también van a estar muy presentes en este encuentro del Eurogrupo. Y es que la situación en estos dos países son dos de las chinas en ña vía que pueden hacer salirse de su trayecto al tren europeo; concretmanete la falta de actitud helena a la hora de aplicar reformas, y la crisis de gobierno portuguesa, que puede terminar con un nuevo rescate por parte de Europa.

Así, en Bruselas en primer lugar se va a analizar la composición del nuevo Ejecutivo luso, que tendrá al democristiano Paulo Portas como nuevo Viceprimer Ministro con plenos poderes en economía. Salvan los muebles por los pelos, pero es una muestra de la fatiga de la austeridad aplicada, a la que hay que sumar la intensidad con la que la recesión y el paro azuzan al país, con unos mercados que presionan ante las dudas que suscita el proceso de recuperación. De ahí que Bruselas esté estudiando ya poner en marcha una segunda línea de rescate, sin el Fondo Monetario Internacional, que ayude a Portugal a seguir adelante, ya que no se confía que pueda volver a los mercados a mediados del año que viene, tal y como está previsto.
 
En cuanto a Grecia, se va a decidir  el desbloqueo de 8.500 millones de euros del rescate, después de haber acordado con el Ejecutivo heleno el despido de 12.500 funcionarios. De esta manera, Atenas vuelve a ser el principal punto de la agenda del Eurogrupo, tras la advertencia de Bruselas de que no va a trasferir los próximos 8.100 millones de euros de la financiación concedida al país, hasta que no presente medidas de ajuste adicionales para cumplir con la reducción del gasto público acordada.