Son once meses consecutivos al alza y los datos demuestran que las entidades españolas siguen dependiendo del oxigeno que les aporta el BCE. Ante la imposibilidad de encontrar liquidez en los mercados, su deuda acumulada con el organismo sigue disparada y alcanza ya los 388.736 millones de euros.

Esa cantidad se eleva hasta los 411.654 millones si tenemos en cuenta las peticiones brutas, es decir, si no descontamos el dinero que los bancos ya han devuelto. La cifra es un 2,3% más alta que en julio.

Si echamos la vista atrás un año, el crédito que el sistema bancario español ha pedido al BCE se ha multiplicado por cinco. Pero hay otro dato más desalentador: del total del dinero que el Eurosistema prestó en agosto, el 43,9% fue a entidades de nuestro país.