Parece que a los españoles nos convence la idea de trasladar los festivos a los lunes. De hecho, siete de cada diez trabajadores está a favor de este cambio siempre que las festividades caigan entre semana, según un informe elaborado por Randstad.
Pero esta posición no es igual en todas las fiestas. Casi la mitad de los encuestados pone como condición, que las fechas más significativas del calendario laboral, como la Navidad, se mantengan en su idea original. La razón, argumentan, es no trastocar el sentido de la celebración. Minoría son los trabajadores españoles que están dispuestos a seguir con el modelo actual. De hecho, un 30% considera que no es necesario realizar cambios para mejorar la productividad.