La estructura del Estado es el principal problema

Señor Presidente:
La extrema gravedad de la situación económica, moral, social e institucional de España en el momento presente nos mueve a dirigirnos públicamente a Vd., como Presidente del Gobierno. Al hacerlo, partimos del reconocimiento de su voluntad de emprender sucesivas reformas para enfrentarse a los muy diversos problemas de nuestro país.

Así comienza la carta que desde la plataforma Reconversión enviaron e hicieron pública al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que tuviera en cuenta las consideraciones de los integrantes de este proyecto preocupado por la situación del país.

Treinta días hace exactamente desde que el escrito viera la luz y treinta días han sido más que suficientes para que, tal y como esperaban: “pese a las sucesivas medidas tomadas por el Gobierno, la confianza de los inversores en España no sólo no vuelve, sino que se deteriora aceleradamente”.

Pedían al Gobierno hace hoy un mes, el pasado 25 de junio un gran acuerdo que, tal y como aparece en la carta enviada a Mariano Rajoy, “ha de referirse a las reformas de la estructura económica de nuestro país y del sistema educativo en todos sus niveles (…), al funcionamiento y composición de los órganos constitucionales, a la organización, competencias y financiación de los poderes públicos en sus tres niveles territoriales, a la extensión y financiación de los servicios públicos, a los instrumentos de participación y representación política de los ciudadanos y a la posición de España en las instituciones comunitarias en relación al debate sobre el futuro de la unión política, fiscal y financiera (…)”

Pese a las actuaciones llevadas a cabo por el Ejecutivo, la situación económica, moral, social e institucional de nuestro país no ha cambiado, todo lo contrario. Desde Reconversión tienen la explicación al por qué de este balance negativo.

Lo tienen claro: “la crisis que atraviesa España no se resolverá hasta que se afronten de manera integral las graves deficiencias de estructura que padecemos”. Pero, ¿cuáles son esos pasos que marcan el camino a seguir por el Gobierno? O mejor aun, ¿qué huellas ha de borrar y olvidar para que  se alcance una solución rápida y eficaz?

Se podrá decir más fuerte, pero no más claro.  El Gobierno tiene que escuchar a la sociedad civil. A los miles de ciudadanos que han apoyado el proyecto Reconversión y que apuestan por luchar y trabajar para salir adelante.

En primer lugar, Reconversión considera que el Gobierno debe “llamar ya al otro gran partido para proponerle una reforma constitucional que redistribuya competencias, elimine duplicidades, optimice economías de escala y recupere la unidad de mercado” Unas propuestas que distan mucho de las medidas adoptadas por el Gobierno en los últimos meses y que tan sólo han servido para desanimar aun más el crecimiento.
En el comunicado se muestran tajantes: “la subida de impuestos directos ha sido contraproducente y urge anunciar su corrección para el próximo ejercicio”.

Para convencer a los mercados, no sólo se deben proponer nuevas reformas y medidas. Hay que ir un paso más allá: hay que cambiar el sistema institucional y político. Remodelarlo y convertirlo en lo que desde Reconversión llaman “un pastor alemán, ágil, inteligente y veloz”. Una medida necesaria, apuntan, para que los mercados vean y crean en la seriedad de los propósitos españoles. Para ello, apuestan “proceder de inmediato a eliminar el 80% de las entidades públicas autonómicas y municipales, privatizar o cerrar los medios de comunicación públicos autonómicos y clausurar todas las representaciones de las Autonomías en el exterior”.

Con el único objetivo que el de crear una corriente de opinión pública y escuchar y convertirse en canal para transmitir el clamor popular, Reconversión persigue que el Gobierno apueste por llevar a cabo sus recomendaciones.

Hace ya un mes, sí, 30 días. Pero han sido más que suficientes para que más de 30.000 personas se hayan adherido de forma activa a este proyecto.

“Sr. Presidente, estamos seguros de que su patriotismo y su alto sentido de la responsabilidad le harán considerar las ideas que le hemos expuesto. Confiamos, por tanto, en que ello le anime a adoptar las iniciativas políticas correspondientes para garantizar la unidad, estabilidad y prosperidad de España en esta hora difícil de su Historia.
Reciba,

Sr. Presidente, el testimonio de nuestro aprecio y nuestros mejores deseos de éxito en su comprometida misión”