Pobre Christine Lagarde

Es una pena que no sea usted española, repito. Si fuera española, sabría como sabemos todos los españoles que a nuestro presidente no le tiembla el pulso para mentir, ni para desdecirse, incluso si existen evidencias documentales de su mentira. Por supuesto, tampoco le tiembla el pulso para seguir como si tal cosa, sin pedir perdón y metiéndose en camisas de once varas de corte moralista, cuando aun tiene el patio económico hecho un erial. Pero como usted no es española, no sabe que Rajoy miente. Y Rajoy le ha contado, y usted ha creído. Pobre Christine.

Señora Christine Lagarde. Con la venia. Que Rajoy nos tome por estúpidos a sus administrados es normal en una historia patria plagada de inquisiciones, generales y mitos mal curados. Que se lo contagie a usted para que diga una bobada tan supina como que 2014 es el año más chachi de todos, porque es el centenario del fin de la Primera Guerra Mundial, o ve cumplir 70 años de los acuerdos de Breton Woods, ya me parece preocupante. No tengo a Rajoy como un tipo con carisma para semejantes contagios de carácter. A ver si es que es usted un pelín pervertida, pobre Christine.

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