Alternativas para el endeudamiento bancario

¿A cuantas reuniones “definitivas”, de los responsables de la eurozona, hemos asistido en los que va de año? ¿Cuál ha sido el resultado final de cada una de ellas?

Nuestra situación no es la misma que la irlandesa, ni que la norteamericana, ni que la británica, en lo que respecta al desastre inmobiliario; nuestra situación es bastante peor ya que al disparatado crecimiento de los precios – común a todas estas economías mencionadas – le unimos un desaforado crecimiento de la oferta de todo tipo (especialmente vivienda, ya sea terminada, en curso o suelos) que ya denuncié en el informe que elaboré para la Fundación Encuentro en el 2002, publicado en el 2003.

No deja de sorprenderme la aparición de voces “expertas” que aun hoy se lamentan de la no creación de un “banco malo” (lo cual no es del todo cierto dada la existencia del FROB, sobre cuyo objetivo real ya he escrito en esta tribuna), acudiendo al ejemplo de los magníficos resultados obtenidos en Irlanda ¿A que Irlanda se referirán? ¿A la intervenida Irlanda que hasta hace unos días no pudo acudir a los mercados financieros? ¿Quizás les admira que su prima de riesgo sea menor actualmente que la española?

Pues la realidad irlandesa ofrece un crecimiento disparado del desempleo y una significativa caída del consumo (Si lo desea puede acceder a un amplio informe, con gráficos, a través de este enlace)

El sector financiero directa e indirectamente, en España y en el resto de Europa, condiciona permanentemente la política económica.

Un sector financiero que, conviene que lo recordemos aun cuando se me tache de demagogo, se ha caracterizado por comportamientos no solo inmorales, algunos podrían llegar a ser calificados de delictivos.

Para nuestro país resulta “vital” evitar la asunción por el Estado de la deuda del sistema financiero, aunque sea por vía indirecta – que es como se nos está colando –. En nuestro País la deuda pública ronda el 75% del PIB, mientras que la deuda del sistema financiero supera el 300% del PIB.

El amable lector podría decirme en este punto algo así como: “A usted se le da bien criticar las distintas soluciones que se están tratando de adoptar, pero es incapaz de aportar alternativas”

Trataré de dar alguna. Aceptaré a priori como demasiado arriesgada la solución que desarrollé en mi artículo “Sobre liquidez, insolvencia y viabilidad”, dado que parece aterrar el permitir que algunas de las entidades financieras entren en liquidación.

Voy a proponer una solución que no resulta novedosa, muchos antes la propusieron y, hace unos días, se manifestó favorable a la misma Hans-Werner Sinnn, Presidente del prestigioso IFO alemán: Transformar la deuda total en acciones de las entidades deudoras.

Naturalmente no entiendo que se pueda considerar como deuda – a estos efectos – los “depósitos e imposiciones”, ya que estos por naturaleza buscan eludir cualquier tipo de riesgo. Tampoco trataría como deuda aquellas “participaciones preferentes” que se hayan colocado con manifiesto abuso de confianza, rozando o cayendo de pleno en alguna figura delictiva.

El canje de deuda por acciones se ha venido utilizando habitualmente por las propias entidades financieras, que no han dudado en transformar créditos a empresas – principalmente inmobiliarias, como COLONIAL, METROVACESA, etc. – en participaciones en su capital.

Muchas ventajas tiene este modelo, entre otras el efecto pedagógico de forzar a ser más “responsables” en su toma de decisiones a propietarios y a acreedores.

Si como el Gobierno y algunos “expertos” aseguran, avalados por Berger y Wyman, solo una fracción pequeña del patrimonio de los bancos más afectados ofrece realmente riesgo, el canje de deuda por capital no sería muy alto.

El propio Hans-Werner asegura, aceptando las conclusiones de estas dos consultoras, que – excluyendo los depósitos – la capitalización de deuda necesaria para compensar las pérdidas de hasta el 100% del capital, sería inferior al 12% del volumen de la deuda.

Vamos, un autentico negocio para los acreedores, de resultar ciertas las premisas defendidas por la “ortodoxia”. ¡Y un descanso para los contribuyentes!

José Barta
Profesor de Estrategia para Mercados Hostiles
Presidente de Baral Internacional