Los ‘brokers’ patriotas

Lo que me viene a la sesera con estos brokers, a los que el trasero se les vuelve bebida azucarada de extractos porque Mr. William estampe su firma en una empresa, es llamarles, de entrada y como mínimo, patriotas. Gente de bien que sabe que aquí no damos pie con bola, ni hay emprendedores dejándose la piel por sacar adelante un proyecto, en muchos casos un software que no será como los de Microsoft, pero que también tendría mercado.

Nada tengo en contra de la operación de Gates, es su dinero y se lo funda donde le plazca, y así le rente y lo disfrute. Pero que eso anime a los inversores a pensar que la luz al final del túnel está más bien cerca, y que esa niñería se convierta en noticia, me parece un ejercicio de cinismo propio de quienes saben que queda mucho llanto, cuando no una acrobacia infantil de jugar a ser mayores con dinero. El problema, señores míos, no está en el dinero, que lo hay y lo hay a espuertas. El problema está en la fecha de caducidad de este sistema endogámico.