Tras escuchar los argumentos de España en el Eurogrupo, los socios comunitarios han permitido que nuestro país relaje el cumplimiento del déficit. Pero no hasta el 5.8% como quería el Gobierno, si no hasta el 5,3%. Es decir, que nos exige un ajuste adicional para este año de otros 5.000 millones de euros.

Un recorte que se tendrá que incluir en los Presupuestos que prepara el Gobierno de cara a al próximo 30 de marzo, y cuyo cuadro macroeconómico se empieza a debatir este martes  en el Congreso de los Diputados. Se queda a medias, por tanto, el Gobierno en su intención de lograr una rebaja mayor en los compromisos con Europa, pero lo conseguido no es baladí.

Parece que empieza a calar en Bruselas la doctrina, ya reclama por muchos, de que es necesario aplicar políticas de ajuste, pero que también conviene aplicar algún estímulo a la economía para que ésta pueda empezar a crecer. En especial porque si se aprieta de forma permanente, se corre el riesgo de crear economías zombies cuya única finalidad sea la de recortar, sin ningún viso de salir de la atonía.