Hacia aproximadamente seis años que no tenia ocasión de hablar con esta magnífica persona y profesional; era entonces Consejera de Obras Públicas y Transportes, de la Comunidad de Madrid, e inauguró una Jornada Profesional sobre Infraestructuras, que yo presidía.
La exposición que realizó durante el desayuno fue de gran altura política. Supo defender el silencio actual de Mariano Rajoy, con argumentos jurídicos de peso, sin necesidad de que entrara en los políticos.
Enfatizó que las Administraciones Públicas van a tener que priorizar sus servicios, ya que los recursos son y serán más escasos, y se deberán tomar decisiones restrictivas. Estas restricciones no deberán afectar a los servicios más necesarios para los ciudadanos.
Manifestó una grave preocupación por la realidad de las cuentas públicas, y resaltó que difícilmente se pueden anunciar medidas correctoras sin conocer rigurosamente la realidad.
Confió en que el actual ajuste del déficit en la Administración Central no fuera debido al aplazamiento de deudas con proveedores.
En relación con el “copago” sanitario resaltó la evidencia de que el mismo ya se viene realizando con las medicaciones, si bien no con los “actos médicos”. Se manifestó partidaria de aplicar el criterio de que “si lo que se pretende (con el copago) es corregir abusos, lo más adecuado sería afrontar directamente los abusos” y penalizar a los abusadores.
Respecto a la posibilidad de realizar reformas más restrictivas en el seguro de desempleo se manifestó contraria, ya que “los momentos malos no son los mejores para realizar cambios en prestaciones sociales”.
Fue firme partidaria de adoptar las medidas fiscales "más urgentes", contenidas en el programa electoral del PP, en auxilio de las pymes, como la reducción del tipo de Sociedades al 20% o reformar el IVA para que solo se tribute por las facturas cobradas efectivamente. Así como de desarrollar rápidamente el compromiso electoral del PP de retrasar, de cinco a diez años, la devolución al Estado de los anticipos a cuenta de comunidades autónomas y ayuntamientos, derivada de la "sobre presupuestación de ingresos” de los ejercicios 2008 y 2009, junto a los acuerdos de no disponibilidad presupuestaria necesarios para cumplir con el objetivo de reducir el déficit al 4,4% en 2012 de una forma "congruente y creíble".
En definitiva, transcurría una mañana agradable, con la compañía de una persona brillante, que no precisa de cuotas para aspirar a ocupar, con eficacia asegurada, una cartera ministerial (¿Fomento y Medio Ambiente?).
Pasadas las 10:15 me animé a realizarla dos preguntas:
La Primera trataba sobre la, desde mi punto de vista, innecesaria reforma del artículo 135 de nuestra Constitución, para defender la estabilidad presupuestaria por parte de todas las Administraciones Públicas de nuestro país. Y esto debido a la existencia de dos leyes (Ley General de Estabilidad Presupuestaria – Ley 18/2001, de 12 de noviembre – y Ley Orgánica complementaria – LO 5/2001, de 13 de diciembre -) denominadas de “déficit cero”, elaboradas precisamente por ella, cuando estaba en el Ministerio de Hacienda, así como la recientísima Sentencia del Tribunal Constitucional de 20 de julio de 2011 (rec.1451/2002). Debido a esta manifiesta ausencia de necesidad, defiendo la tesis de que dicha reforma solo ha buscado tranquilizar a los grandes grupos financieros internacionales, garantizándoles (punto 3 de dicho artículo 135 CE, reformado) que “los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta”. Es decir que, si fuera preciso estarán por delante de las prestaciones sociales (sanitarias, educativas, etc.), de las nominas de los propios empleados públicos y, por supuesto, del resto de los acreedores grandes, pequeños o medianos.
Silencio, carraspeo, bien…bueno…quizás. Finalmente si, está de acuerdo en que no resultaba necesaria.
La segunda es mi favorita, debido a que el gran drama de nuestra sociedad es la falta de crédito a la economía real, familias y empresas, en particular las pequeñas y medianas. ¿Qué medidas piensas que se deben adoptar para canalizar este crédito que, actualmente, se encuentra bloqueado en los balances – y los sueldos de los altos directivos – de las entidades financieras? Les aseguro que mi pregunta se limitaba a estos términos.
La respuesta fue sorprendente, como si me hubiera leído mis pensamientos – ¿será que lee mis artículos? – . Ve fundamental resolver los problemas del sistema financiero, por ello piensa que debe olvidarse la "demagogia" en contra de la propuesta de crear un “banco malo”, que aísle los activos dañados de la banca: "Ya veremos cómo se financia, pero si los bancos no funcionan, la economía no funciona", advirtió.
La misma tesis que su antiguo señorito en el Ministerio, Rodrigo Rato, hoy Presidente de la incierta Bankia.
¿Qué es eso de que ya veremos cómo se financia esto del Banco malo? El principal problema estriba en que no se conoce el valor real de esos activos, y con ello las pérdidas reales, que pudieran alcanzar el 100% del importe del crédito otorgado en algunos casos (no pocos). Elvira, léete mi post “Sobre solvencia, liquidez y el sacrificio de la sociedad a favor de los bancos” ( ) .
Para el desarrollo económico de una sociedad, los bancos son necesarios, pero no necesariamente estos bancos.
Menos mal que tu presidente – ya lo será de todos los españoles, cuando jure el cargo –, Mariano Rajoy, ha manifestado que está en contra del banco malo. Quizás tenga que ver con esto su antigua profesión de Registrador de la Propiedad, con el consiguiente conocimiento del medio. Confiemos en que aguante las presiones, por el bien de los españoles no accionistas, ni consejeros, de entidades financieras.
Y a pesar de esto, Elvira Rodríguez me parece una magnifica ministrable.
José Barta
Profesor de Estrategia para Mercados Hostiles
Consejero de banca de inversión