¿A qué huelen las nubes?

 

Les voy a hablar de algo que les va a sorprender: las compresas, esos utensilios de higiene femenina. Las fabrique quien las fabrique, son esencialmente el mismo producto. Su mayor diferencia radica en el marketing: cada firma tiene perfectamente identificados y segmentados a sus públicos, y a tales se dirigen para fidelizarlos y afianzar el consumo.

Pero no se confundan. En el marketing de las compresas están algunas de las mentes más ágiles y despiertas en el mundo del posicionamiento de marca. Puestos a disfrazar de las mil y una maneras imaginables la finalidad real de estos productos, los creativos a su servicio han ideado todo tipo de escenarios que aúnan un concepto de la femineidad no exento de sexismo de mercadillo y una idea de higiene entre lo flower power y la happy people. Hasta el punto de que nos llegan a preguntar a qué huelen las nubes. Y allá cada cual con sus connotaciones.

 

Pues si revisan ustedes uno de los titulares más extendidos en la jornada de ayer, tendrán una impresión parecida. Ese por el que “la prima de riesgo vuelve a los 520 puntos a pesar del rescate”. ¿Cómo que “a pesar”, me pregunto? Va unido: rescate y, calificación de riesgo país. Hay quien se empeña en que el rescate cambia algo, y no. Es el mismo producto, con otro envoltorio. Y con una pregunta: ¿a qué huelen las nubes?