Parodia de Che made in Hollywood

No sé si conocen al multimillonario al frente del invento, Richard Branson. Mis respetos a sus millones y a sus éxitos comerciales. La gloria para quien se la curra. Pero para quien humilla al consumidor, pan y agua, y eso con suerte y los días impares. Si me preguntan ustedes por qué les digo esto es porque no le han visto paseándose ufano por las calles de París, disfrazado de Che Guevara. O eso dice él, lo de Che, porque al melenas le acompañan unas muchachas de buen ver en minifalda paramilitar, en esas estridencias sexuales que le son propias a las parodias de sátrapas y mafiosos made in Hollywood.

Si yo me cruzara por la calle con esta pseudo estrella del rock venida a crack de la industria discográfica, le diría que don Ernesto Guevara peleó, entre otras cosas, para que incluso un hortera pudiera acumular millones a base de vender música enlatada. Y quemaría delante de él sus productos, que son míos porque yo los he comprado, para que sea la última vez que se ría en mi cara de mis modestos aportes económicos a su empresa. Perdón, a su causa.