Rato se lava las manos

El Banco de Valencia se ha convertido en el gran quebradero de cabeza para Rodrigo Rato, que ha decidido dejar que sea el dinero público quien salve el Banco de Valencia. El Banco de España se va a hacer con la entidad poniendo 1.000 millones de euros encima de la mesa, y una línea de liquidez cercana a los 2.000 millones. Una vez saneada, va a subastarla al igual que ocurre con la Caja de Ahorros del Mediterráneo.

Rato intenta quitarse así un problema de encima, que además le ha obligado a tener que decir adiós a su número dos: José Luis Olivas, que ha dejado la entidad nada más conocerse la noticia. Demasiado ha tardado Olivas -que antes de ser vicepresidente de Bankia era Presidente de la entidad valenciana- en marcharse, en un nuevo ejemplo de lo que han sido los excesos del sistema financiero.

Un sector cuyo principal problema es la exposición al ladrillo, y que ahora será el Partido Popular quien tenga que solventarlo. Su intención es hacerlo mediante un banco malo, pero los grandes bancos: BBVA, Santander y Caixabank se oponen, pues considera que es primar a quien lo ha hecho mal. Un problema más para el futuro Gobierno, que tiene demasiados fuegos abiertos que tendrá que priorizar si quiere sacar adelante su tarea.