Nuestro problema no está sólo en la solvencia bancarial. Lo tenemos en la calle. En el empleo. Este viernes conoceremos datos de la EPA. Parece que no llegaremos a los cinco millones de desempleados. Sin embargo, si no hacemos los deberes y empezamos a reducir la tasa de paro, es complicado que la confianza sobre la economía española vuelva y que, por lo tanto, nuestro sistema financiero, nuestras empresas y nuestro país en general dejen de estar bajo sospecha permanente.
No se interprete esto como que el no llegar a los 5 millones de parados es un consuelo. Todo lo contrario. Es, como digo, nuestro principal problema a atajar. En especial porque son cada vez más las familias que no cobra ningún tipo de subsidio y que vive gracias al apoyo de amigos y seres cercanos. Pero también esto lleva a situaciones complicadas que están provocando un aumento del hurto por necesidad. Por poder dar de comer a las familias. Y no sólo eso. Si continúa aumentando el desempleo, se incrementan las posibilidades de un estallido social que podría tener en España unas consecuencias irreparables.