O sea, ¿dígame?

No sé si alguno de ustedes habrá oído hablar de la marca Kustom y de su mascarón de proa llamado con poca imaginación ‘One’. Pues bien, a pesar de la K de su Kustom, y de ese anglófono One, es una marca española, y se está dando a conocer por fabricar el teléfono más lujoso, y caro, del mundo.

En estos asuntos lo fácil es poner el grito en el cielo, con moralinas de corte vario. En su lugar, les propongo una aproximación algo más gamberra y menos previsible. Tenga la opinión que tenga cada cual sobre este Kustom One, un servidor opina que este teléfono móvil no podía ser menos que un auténtico made in Spain, en primer lugar porque a saber cuántas críticas se llevarán las 977 unidades de su edición limitada que procederán de la más pura envidia, enseña nacional como pocas.

Este dispositivo móvil, que en especificaciones técnica ses como el ya tirando a rancio modelo Nexus 5 de Google, rezuma marca España por todos sus poros. En pocos países como el nuestro el mercado del lujo va tan viento en popa a toda vela, diga lo que diga la patronal del sector, que para eso es patronal y sabe que en España quien no llora, no mama. Sí, es todo un móvil español, que quizá lucirán sus poseedores con tanto orgullo como, por ejemplo, lucen algunos el polito con la bandera en el cuello. A fin de cuentas, hay tantas maneras de presumir de patria como niveles intelectuales repartieron los dioses. Y nadie dijo que fuesen proporcionales al nivel económico.

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