Si cuando digo que a cachondos no nos gana nadie, siempre tiene que haber un ministro de Hacienda o cualquier otro tonto a las tres para darme la razón. Como los datos del paro demuestran lo que demuestran, que el empleo es estacional puro y duro, tocaba apuntar hacia Gibraltar.
O sea y a ver si lo he entendido, y si no me ayuden ustedes a entenderlo. Resulta que la lucha contra el fraude ha supuesto 28.000 millones de euros más, dice Cristobalito. Cifra parecida a aquellos veintitantos mil millones de mortadelos que le soltamos entre todos a Bankia; cifra esta, a su vez, el doble de los recortes en Sanidad y Educación por la gracia de Mariano… y resulta que nos vamos a poner más chulos que un ocho porque el régimen fiscal de Gibraltar supone una merma para las arcas públicas de, atención y agárrense por el mareo, de… ¡¡1.000 millones de euros!!
Con razón el pitorreo del ministro principal del Peñón. Que le ha venido a decir “menos Montoro e mais travalhar”, y que vaya a decirle a la cara, si se atreve, eso de las empresas de dudosa reputación. Mire usted que me voy para alla para los gibraltares también. Que con este hatajo de inquisidores del dinero ganado con esfuerzo, dan ganas de ser de dudosa reputación. Porque no sé con qué me buscarán las cosquillas los de la Albión, pero aquí mis impuestos, al momento presente, sirven para rescatar a los irresponsables y para hundir al respetable. Poca patria se puede exigir así, sr. Ministro.