Querida Mónica de Oriol:
Siempre te he considerado ejemplo de mujer empresaria competente e independiente, pero has vuelto a caerte tras el tremendo patinazo de esas declaraciones ‘espetadas‘ bajo el marco de la CEAL… Especialmente si tienes en cuenta el mundo real en el que nos movemos; un universo empresarial en el que cada vez más se aplican fórmulas innovadoras de conciliación de la vida laboral y familiar para mejorar la productividad y la competitividad.
Quiero entender que tus palabras se refieren a los muchos abusos que se comenten a partir de las bajas y reducciones de jornada por maternidad. Sin embargo, he de decirte que a lo largo de mi carrera he coincidido con muchas madres de entre 25 y 45 años que no sólo ejercemos de lo propio, sino que somos verdaderas y excelentes profesionales. Mujeres y, repito, profesionales, a las que la maternidad no sólo nos ha convertido en más productivas y nos ha enseñado, a golpes e intuición, a optimizar al máximo los tiempos de trabajo, si no también a tener mayor capacidad de resilencia ante la crisis y a aportar el valor añadido de la sensibilidad humana y la empatía en las relaciones laborales.
Querida Mónica, te pediría que revisases el número de emprendimientos iniciados por mujeres de «la franja maldita» a la que parecemos pertenecer las de mi quinta. Quizá, a la vista de los datos, rectificarías tan machistas declaraciones.
Beatriz Triper, periodista