Pues ya debe tener bemoles la cosa para que de seis políticos, seis, que estuvieron en el debate de la televisión pública, solo el de la pajarita pareciera un tipo solvente. Me refiero a Wagner Sosa, y eso que los de UPyD no son santos de mi devoción. Para el resto aceite de ricino por el lamentable espectáculo.
El listón lo pusieron bien alto los catalanes, que regaron a manta la mesa de debate con su discurso de victimario tan bien aprendido para estas ocasiones. Le decían a mamá Jáuregui que papá González Pons les pegaba, y después le lloraban a papá Pons que mamá Jáuregui les había engañado una y otra vez. Papá Pons estuvo sobrio evitando el cuerpo a cuerpo hasta que se le hinchó la vena españolista y se lío a zarpazos con los dos. Hasta que Wagner Sosa, el de UPyD, les pegó un rapapolvo de agárrate y no te menees: “Pero aquí a qué hemos venido, ¿a setas o a rolex?”.
Entre espantajos nacionalistas de los de fuera y de los de dentro, Jáuregui trataba de ponerse estupendo recitando lo que sus guionistas le habían dado para esa noche, con lo cual cada vez que hablaba mataba el debate, porque era de todo menos debate. Y el izquierdounido Willy Meyer disparó por elevación: la culpa de todo la tiene Yoko Ono, le faltó decir justo antes de exhortar a las mareas verde, blanca y multicolor que les devuelvan en votos el apoyo recibido en las calles. El más listo, pausado, hábil, irónico y sagaz, ya les digo, el de la pajarita. Bravo por Wagner Sosa.