El fabricante indio de vehículos Tata Motors, matriz de Jaguar-Land Rover, obtuvo unas pérdidas antes de impuestos de 69.990 millones de rupias (unos 803 millones de euros) en la primera mitad de su año fiscal (entre abril y septiembre), lo que supone casi triplicar sus pérdidas en comparación con los 26.169 millones de rupias (300 millones de euros) que perdió un año antes.
Según datos de la compañía, Tata Motors facturó en los seis primeros meses de su año fiscal hasta 855.130 millones de rupias (9.815 millones de euros), lo que supone una caída del 32,6% en comparación con el mismo periodo de 2019. De esta manera, su margen operativo quedó en negativo, hasta el -5,6%.
Solo durante el segundo trimestre fiscal, la compañía registró unas pérdidas antes de impuestos de 8.150 millones de rupias (93,5 millones de euros), en comparación con los 6.212 millones de rupias (71 millones de euros) que ganó entre julio y septiembre de 2019.
«A pesar de la preocupación sobre el riesgo de una segunda oleada de contagios en muchos países, esperamos una recuperación gradual de la oferta y de la demanda en los próximos meses», ha subrayado Tata Motors.
Por ello, la compañía «se compromete» a lograr una deuda neta próxima a cero en los próximos años, gracias a llevar a cabo una política de ahorro de costes y centrándose en el lanzamiento de su gama de productos.
Por su parte, Jaguar-Land Rover contabilizó un beneficio antes de impuestos de 65 millones de libras en su segundo trimestre fiscal (entre julio y septiembre de 2020), lo que supone una caída del 58% en comparación con los 156 millones que ganó en el mismo periodo de 2019, así como volver a los ‘números negros’, después de que entre abril y junio perdiese 413 millones de libras (455 millones de euros).