Tratado de Libre Comercio UE – EE.UU. (TTIP) ¿Amenaza u Oportunidad?

Nuevamente se presenta un reto para las PYMES españolas, que son el 99,88% según  el Directorio Central de Empresas (DIRCE), con la futura entrada en vigor del tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos. Un nuevo reto, un nuevo marco comercial donde las PYMES van a tener que saber desenvolverse, estudiar y analizar si el tratado va a ser una amenaza o una oportunidad.

No son pocas las voces discrepantes sobre el tratado de libre comercio que ven con miedo la pérdida de identidad europea sobre el Estado del Bienestar, sobre las políticas hacia las personas y no hacia los beneficios empresariales o grupos empresariales de interés. Se esté de acuerdo o no se esté de acuerdo con estas afirmaciones la realidad es que el próximo año será aprobado el tratado y con él se abrirá un mundo de amenazas y de oportunidades para la PYME española.

Esta realidad me recuerda a tiempos pasados cuando España se empezó a incorporar a la CEE en los años ochenta y desde la Administración se hacía hincapié del cambio económico y empresarial que se iba a producir en España. La caída de todas las barreras, la recepción de inversiones, los cambios en la normativa, etc. estaban siendo avisadas, estaban siendo anunciadas y sin embargo pocas empresas fueron conscientes de esta realidad. No solo fue una transformación de la economía española sino que supuso un cambio en la mentalidad de los empresarios tanto PYMES como grandes. En esa época, la sociedad empresarial vio como marcas y empresas conocidas desaparecían o eran compradas por empresas multinacionales. Barrerios, Pegaso, Bultaco, Galerías Preciados, Radiola, Helados Avidesa y así un largo etcétera fueron alguna de esas marcas que como españoles nos sentíamos orgullosos de ellas. Ninguna sobrevivió a los cambios. ¿Sucederá ahora lo mismo con el tratado de libre comercio con Estados Unidos?

No creo que sea tan drástico como sucedió entonces. Sin embargo, las empresas que no han iniciado su proceso de internacionalización (y son demasiadas) si verán como la caída de barreras, tanto aduaneras como no aduaneras, tendrán una mayor lucha por sobrevivir y no porque todas las empresas estadounidenses deseen estar presente en el mercado español sino porque las empresas estadounidenses van a querer estar presentes en la UE entre las que destacará España. La Unión Europea es nuestro país. Es nuestro mercado local aunque se siga diciendo que vender a Francia es exportar.

Este tratado va a afectar de manera positiva a las empresas que tienen como objetivo estratégico internacional la presencia en Estados Unidos porque, sin duda, va agilizar y abaratar los costes de acceso al mercado. La caída de las barreras arancelarias y no arancelarias permitirá que las PYMES puedan acometer el mercado estadounidense de manera más sencilla. Todo aquel que ha intentado introducir sus productos ha tenido que contratar abogados (con sus correspondientes minutas) para realizar los trámites ante la FDA si quería ver como los trámites se hacían de manera exitosa. Las empresas que ya exportan puede que no se vean muy beneficiadas pero sí aquellas que lo intentaron y no pudieron. El comercio electrónico será otro de los beneficiados del Tratado donde las PYMES y las empresas orientadas al lujo podrán acceder a los ciudadanos estadounidenses con poca inversión y muchas posibilidades.

Por el contrario, este acuerdo es una auténtica amenaza para las empresas que ni siquiera se plantea si es una amenaza. No hay peor amenaza que la no se quiere valorar. ¿Volverá la sociedad española a dar más valor a las marcas extranjeras (en este caso norteamericanas) que las españolas como sucedió en los 80 y 90? El consumidor a la hora de elegir entre un producto español o norteamericano ¿escogerá el americano? ¿se volverá a escuchar “es que es un producto de Estados Unidos”?

Las oportunidades que se dejan pasar, a la larga, se convierten en una auténtica debilidad para las empresas que dejan pasarlas. Es por tanto necesario que las empresas reflexionen sobre todo su marketing mix valorando y analizando cómo va a afectar el tratado a su modelo de negocio, posible pérdida de clientes, márgenes comerciales, desarrollo tecnológico, etc.

No hay que tener miedo al tratado, solo hay que conocerlo, estudiarlo y estar preparado por si las amenazas se convierten en realidad.

Miguel Ángel Martín

Experto en estrategia internacional

Presidente de Acocex

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